Advertencia: Este relato contiene escenas sexuales explícitas, por lo que no es recomendable para menores de 18 años.
-Bien, prosigamos... Entonces tienes diecinueve años. ¿Y eres virgen?La joven asiente, sin alzar la vista del suelo.
El hombre se levanta de la silla, da la vuelta a la mesa del despacho, y mira por la ventana del último piso del edificio de esa importante firma de abogados, en esa céntrica calle de la ciudad. Tararea durante unos minutos Strangers in the night, que suena tenue a través de los altavoces del hilo musical.
- Ven... Acércate -Le hace un gesto con la mano y la chica se coloca a su lado y también mira el tráfico y la gente de la calle-. Mírales. Son patéticos... Como hormiguitas, van y vienen, enfrascados en las preocupaciones por el trabajo, la familia, la hipoteca, las enfermedades, los kilos de más... Gente vulgar. Inútiles. Mediocres. No son como yo. No son como tú.
Da un respingo cuando el hombre le levanta la faldita plisada, separa el elástico de sus bragas y empieza a acariciarle el culo, sin embargo ella no dice nada y se deja hacer.
-¿Sexo anal? ¿Te han sodomizado alguna una vez? -El dedo se desliza entre sus nalgas y se detiene en el ano, tentando.
-No, nunca -La muchacha se retuerce con la mano el cabello, mordiéndose los labios, tan nerviosa como avergonzada. Ese dedo invasor no deja de rozar, de dar círculos, ahora se tensa más cuando el dedo se introduce un poco.
-¿Felaciones? ¿Has hecho mamadas? -La chica no contesta. El hombre no necesita mirarla para adivinar su rubor- Claro... Seguro que alguna que otra polla has chupado. No, tranquila... Eso es bueno. Lo importante es que seas virgen.
El hombre saca la mano, baja con suavidad la faldita de la chica y se sienta de nuevo en el butacón del despacho, echando antes su silla hacia atrás.
-Ponte aquí, frente a mí. Quiero verte desnuda. Quiero ver el material antes decidir si la mercancía es óptima para nuestra transacción.
No puede evitar relamerse un poco los labios finos. Sus ojos grises, fríos como el acero, contemplan como la joven se desabrocha los botones de la camisa con manos temblorosas, pero continúa sin detenerse. Se baja la cremallera de la falda, y ésta cae al suelo. Lleva un conjunto rosa con florecitas y unas braguitas de algodón rosa. Se desabrocha el sujetador y libera unos pechos redondos, firmes, de pezón rosado. Se baja las braguitas y deja al descubierto el pubis recubierto de un suave vello de color castaño, que cubre con una mano.
-No te tapes, siéntate en esa silla y abre bien las piernas -el abogado se levanta y se apoya en la maciza mesa de roble, consciente del sentimiento de inferioridad que debe sentir la joven al permanecer desnuda y sentada en esa posición. - ¿Has leído bien tu contrato antes de firmarlo? Tu cuerpo nos pertenecerá por completo. Podremos hacer todo lo que deseemos contigo. No es sólo sexo, y lo sabes. No será sólo un polvo. Sabes lo que queremos.
-Sí, lo sé... Y estoy conforme si consigo lo que deseo a cambio -Por primera vez, la chica le mira directamente a los ojos.
-Vaya.. -El hombre se ríe, se acerca por detrás, se inclina y manosea sus pechos-. Sí. Estás convencida. Puedo ver dentro de ti, el fuego que adivino dentro de ti, a pesar de tu aparente inocencia. Estupendo, pues. El contrato ya está redactado. Noooo... No seas impaciente, nena... Antes de firmar ponte de rodillas. Quiero que me chupes la polla.
La chica se vuelve y le mira. No, no es un hombre guapo. Sus facciones son más bien irregulares: la cara marcada, como picada de viruela, los labios muy finos, la nariz algo prominente, el cabello cano y los ojos pequeños, grises, fríos, de mirada aguda como la de un ave rapaz que acecha a su presa. Cuando se arrodilla a su lado, él se desabrocha el pantalón.
-Así, abre la boca, toda dentro -la sujeta con fuerza del cabello y empuja su cabeza hacia abajo con movimientos bruscos.
La voz de Sinatra de fondo es interrumpida por los resuellos sofocados de la chica y los jadeos de placer del abogado.
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-Susi, tía... La verdad es que estás loca. Loca... Como una puta cabra, joder, Susi -Rober sigue empujando la barca hasta la orilla- Menos mal que el mar está en calma y hay Luna. La cala del Diablo es la zona más peligrosa por los arrecifes. Tú lo sabes mejor que yo.
-Sí, lo sé.. Pero por eso sé que aquí nunca viene nadie. No quiero que me vea nadie, no después de lo que me ha hecho ese imbécil. ¡Si no querías venir, haberme dejado sola! ¿Te he obligado a seguirme? ¡No! No te necesito para nada. Yo... -A Susi le tiembla la barbilla, a punto de echarse a llorar.
-Venga, mujer... No seas tonta -Rober se acerca y la ayuda a salir de la barca y le da un corto y torpe abrazo- ¿Cómo te iba a dejar sola? Ya te lo dije, Susanita. Ese tío no vale la pena. Olvídale. Lucas no merece que le llores.
-Ya... Rober.. Si sé que tienes razón, que no me quiere. No me quiso nunca. Yo sólo he sido una más. Cada vez que me acuerdo... ¡Te juro que le hubiera matado! Besándose con esa zorra, y encima delante de mí, en mis propias narices, en la fiesta de San Juan... ¡Para que les viera todo el mundo! Pavoneándose en nuestra hoguera con esa putilla que estudia empresariales... ¡Esa pija de mierda! No podía quedarme allí mirando... Yo...
-Susi, creo que has bebido demasiado. Venga.. Pasearemos un poco, que te pegue el aire... Esperaremos un poco a que se te pase y luego volvemos.
-Menos mal que te tengo a ti, Roberto... Eres mi mejor amigo.
La pareja se detiene un momento. La chica se agacha para coger unas conchas y las lanza al mar con furia. Roberto la contempla. Ese perfil a la luz de la luna, con ese pantaloncito corto y esa camiseta sin sujetador... Ay... Está preciosa. El chico se echa hacia atrás el cabello y sigue embobado mirándola. Claro que ese tipejo, ese Lucas, el guaperas, no se la merece. Ella se merece alguien que la quiera.
-¿Qué deseo escribiste en el papel para quemar en la hoguera, Rober? -le pregunta ella inesperadamente.
No, no va a decirle que su deseo. Porque su mayor deseo es ella. Lo que más ansía es besarla, acariciarla, amarla. Nunca se lo dirá, porque no es tonto. Sabe cómo le mira ella.. Y ella le mira como cualquier tía buena miraría al chico gordito, bajito y de pelo rizado. No le mira como mira a Lucas, nunca le mirará con deseo, claro que no. Hay que ser realista.
-Aaah.. Pues nada... O sea... Aprobar el examen de química aplicada, que está jodido.. Y.. Shhhhh.. Espera.. ¿Oyes eso?
-Sí.. -susurra Susi-. Es como.. Un canto. Qué raro.. A la Cala del Diablo no viene nunca nadie. Sólo se puede acceder desde el mar. Está rodeado por el acantilado y las rocas. ¿Habrá alguna fiesta privada? Ven... Vayamos a echar un vistacito.
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Sanguis bibimus
Corpus edimus
Tolle corpus satani
Ave versus cristus
Ave satani...
La música es cada vez más fuerte... Es una melodía machacante, un obstinato perturbador que parece que vaya a terminar... pero siempre vuelve, como vuelven las olas a la orilla de la playa. Siempre vuelven...
Sanguis bibimus
Corpus edimus
Tolle corpus satani
Ave versus cristus
Ave satani...
Por fin los cánticos que entonan los siniestros encapuchados alrededor del círculo se atenúan un poco. Los que cantan están de rodillas sobre la arena. En un círculo más amplio, sentados sobre sitiales de terciopelo y oro se encuentran otros doce enmascarados, que visten con túnicas con símbolos extraños bordados. Un asiento está vacío.Agazapados detrás de las cañas, Susi está muy pálida y Rober a punto de vomitar por el miedo y por el mareo producido por ese olor extraño que les envuelve.
-¿Qué crees que harán ? -susurra Susi a Rober.
-Shhh... No lo sé. Parece como una misa negra. Un akelarre o como se llame... ¡Ooooh! ¡Diosss! Qué... ¿Qué es eso?
Desde lo lejos se ven las luces de las antorchas. Dos hileras paralelas, se acercan desde la playa. Los porteadores en el centro de la procesión llevan a hombros un tabernáculo con una muchacha desnuda sobre él. Al llegar depositan el altar en el centro, al lado de un santuario repleto de cráneos como marmitas humeantes, velas negras, y la talla oscura de una figura demoníaca, con cabeza, manos y patas de macho cabrío sentada en un trono. Su miembro viril es enorme.
Delante, presidiendo el desfile, va una figura con un báculo, ataviado con una capa carmesí y una máscara dorada horrible adornada con dos enormes cuernos esculpidos con la osamenta de algún animal.
-¡Oh, grande y poderoso Lucifer, excelso señor de los antros infernales! -El hombre, con una voz estremecedora, se postra ante el santuario-. ¡Yo, Eliphas, sumo sacerdote del círculo de Therion, el círculo de la Bestia, me postro ante ti. Todos te reconocemos como nuestro Señor y Soberano! ¡Yo te invoco una vez más, oh esclarecido Príncipe de las Tinieblas, para que aceptes nuestro pacto, firmado con la sangre virgen de esta joven que te ofrecemos como sacrificio! ¡YO TE CONJURO, SATANÁS, PARA DISPONER DEL CUERPO Y DEL ALMA DE ESTA VIRGEN Y QUE TE SERÁN BRINDADOS EN TU HONOR!
Salve Satanas
In nomine die nostri satanas luciferi exelsi
Potentum tou mondi de inferno,
Et non potest Lucifer imperor, rex maximus,
Dus ponticius glorificamus et in modods copulum adoramus te
Satan omnipotents in nostri mondi...
-Rober... Dios, Rober... La van a matar... -susurra Susi angustiada.
Roberto ni siquiera puede contestarle, ya que tiene la boca tan seca que su lengua parece un trozo de esparto.
Eliphas se encamina hacia el sitial vacío al lado del santuario. La joven se baja del altar y se arrodilla en el centro de un pentáculo trazado con runas y cristales reflectantes sobre la arena. El silencio, más angustioso que los cánticos, se quiebra por el rumor constante e incansable de las olas, que mansamente acuden a lamer la arena de la playa.
Los timbales, tambores, bombos y marimbas comienzan a sonar. Los embozados se liberan de sus capuchas y capas, y totalmente desnudos empiezan a bailar insinuantes alrededor de la joven y frente a los trece dignatarios que permanecen en sus sitiales. Se van pasando los cráneos humeantes llenos de un líquido rojizo como vino, que beben con ansia. El ritmo de los tambores aumenta y el baile se hace cada vez más frenético.
Los danzantes están ya fuera de sí, embriagados por la música, por el brebaje que ingieren y el agobiante aroma de las marmitas. La música baja un poco el ritmo y la intensidad. Los enmascarados que permanecían sentados, nueve hombres y tres mujeres, se levantan y mezclan entre los bailarines.
-Esos tienen que ser los que mandan, los cabecillas de la secta -murmura Rober, con los ojos abiertos como platos-. ¡Mira! ¿Has visto eso? Joderrr... Esa tía de la máscara roja se ha abierto la capa, lleva puesto un arnés con un pollón enorme y va a darle por detrás a ese chaval... Diossss... El de la máscara de serpiente se ha llevado al trono a tres tías, esas dos morenas se la chupan por turnos y él le mete los dedos a la otra entre las piernas . Mira, mira... Esa de la careta dorada... Tiene a un tío entre sus piernas comiéndoselo mientras ella le chupetea los pezones de aquella rubita que...
-¡Te quieres callar! -Susi le tira del brazo, enfadada-. Tengo ojos en la cara, también lo estoy viendo. ¡No hace falta que lo retransmitas como un puto partido de fútbol, coño!.
-Es que... entiéndelo. Nunca había visto tantos culos y tantas tetas juntas... -Rober está sofocado-. Parece que estén como drogados o hipnotizados. ¿Te das cuenta? Hacen todo lo que quieren los jefazos de las máscaras sin protestar.
El muchacho tiene razón. Todos los jóvenes discípulos del Círculo de Therion se afanan en complacer a sus señores, a los doce guías de la sabiduría y el poder. Para ellos es un honor satisfacer todas sus necesidades sexuales, aunque Rober no está muy seguro de que realmente todos disfruten. Al menos no cree que lo haga aquella chica menudita a la que sodomiza aquel tipo salvajemente y que acompaña sus embestidas con fuertes golpes a su trasero.
-¿Por qué se acercan a la chica que hay en el centro del círculo? -pregunta Susi.
-Pues no lo sé. Ven, acerquémonos más a ver.
Antes de que la chica pueda protestar, Rober ya ha tirado de ella y se arrastran a gatas entre los cañizos para ver mejor la escena desde otro ángulo.
En ese momento el de la máscara de serpiente se levanta del trono. Las chicas que le hacían la felación se besan y se masturban una a otra sonrientes. El sacerdote se aproxima a la muchacha que sigue desnuda y arrodillada en el centro de la estrella de cinco puntas. Allí el hombre continúa agitando su miembro con movimientos cada vez más rápidos hasta que eyacula en grandes chorros sobre el rostro de la chica.
-Se le ha corrido encima, en la cara, y ella abre la boca... - murmura sorprendida y asqueada Susi-. Y no es el único. Lo.. Lo van a hacer todos, creo... Aaaaag... Es repugnante. Aaaaag.
Rober no dice nada y se muerde los labios. No aparta la mirada de la escena y no puede disimular su excitación. Su erección es casi dolorosa de tanto oprimirle el miembro duro contra la costura de la tela del vaquero. ¿Repugnante? Es lo más jodidamente excitante que ha visto en su vida.
Uno a uno, tanto los mandatarios enmascarados como los subordinados acaban eyaculando sobre la chica. El semen brilla a la luz de la luna sobre el cuerpo escultural de la joven. Hay goterones en cabellos, pechos, nalgas, piernas, vientre... aunque sobre todo es en el rostro donde se acumula más cantidad de leche viscosa que gotea sobre sus pechos y muslos.
La música se detiene completamente. Los dignatarios vuelven a sus sitiales y comienzan a lanzar invocaciones.
-Satán, rey de los Infiernos... ¡Escúchanos!
-Belzebuth, poderoso Príncipe de las Tinieblas y Señor de las Moscas... ¡Protégenos!
-Lucifer, el gran rebelde... ¡Libéranos!
-Astaroth, señor de las muertes violentas... ¡Ayúdanos!
-Asmodeo, maestre de los demonios... ¡Secúndanos!
Eliphas, que todo este tiempo ha permanecido en su trono contemplando el ritual, se levanta con una daga brillante en la mano y eleva su vista hacia la figura del altar.
-Oh, Therion, Nuestro señor, tú que detentas todos los odios, ¡Aplasta a los enemigos de nuestro círculo! Que todos los demonios y las legiones acudan a nuestra llamada, los sembradores del odio y de la muerte, aquellos a quienes la sangre es grata y les complace la esperma derramada.
Ahora se vuelve y se dirige a la joven:
-Tus pasos te han llevado desde la nada hacia la oscura luz de las cuevas de Leviatán, bañada en la leche de la que brota la vida, reconfórtate en esta agua salada, que también es tu herencia.
Dos acólitos vierten sobre su cabeza calderos de agua de mar, aclarando de su rostro la gran cantidad de semen.
El oficiante toma la daga y sobre la frente de la joven traza una cruz invertida rodeada por un círculo. Da un corte en su muñeca y une su sangre a la de la frente de la chica.
-Recibe el Símbolo de Therion, la Bestia, abraza la negra llama de la inteligencia y acepta tu nuevo nombre en nuestro círculo. Ahora eres Melián, esclava de Therion.
El silencio vuelve a ser inquietante. Tras unos minutos la joven alza la vista hacia la figura demoníaca del altar.
-Yo, Melián, renazco olvidada de mi ser, acepto mi nuevo nombre y el placer y el dolor de mi nueva existencia. He vuelto de la muerte a la vida, y declaro mi adoración por Lucifer, Señor de la Luz Oscura, que es exaltado como la Bestia Therion. Me entrego a la bestia. Ofrezco el sacrificio de mi cuerpo casto y la sangre de mi virginidad para proceder a cumplir el pacto.
El Ave Satani se murmura a soto vocce, aunque destaca la voz de Eliphas, que prosigue con sus invocaciones.
-Por Adonai, Elohim, Adonai, Yahvé, Adonai, Sabaoth, Metraton on Agla, Adonai, Mathon... Verbum pythonieum mysterium salamandros, conventus sylphorum, antra gnomorum, daemonia coeli Gad, Almousin, Gibor, Jehosua... Evam Zariatnatmik...
Eliphas sigue conjurando. Las voces del Ave Satani persisten. Se alimentan las hogueras y humos de alcanfor, azufre, incienso, mirra y alóe enturbian en ambiente. Unos cuantos seguidores le dan a beber a la joven de una marmita un líquido rojo y espeso. Los tambores empiezan a sonar de manera inquietante. Todos están espectantes. Pasan unos minutos. Repentinamente los acólitos agarran a Melián de brazos y piernas y en volandas la llevan al santuario que preside la talla siniestra de Therion.
Bom... Bom... Bom...
Bom... Cada golpe de tambor... Bom... Se acompaña de un gemido... Bom... Tiran de sus brazos hacia arriba... Bom.. Tiran ahora otros de sus piernas hacia abajo.. Bom... Y el falo enorme de la figura demoníaca penetrando en la vagina de la joven... Bom.. Otra vez... Bom... y otra... Bom... Y otra, y otra y otra y otra... Bom... Bom.. Bom, bom, bom, bom, bom...Palpitaciones en las sienes de Rober, que piensa que si no fuera porque está Susi, ya se la habría sacado para hacerse una paja.... Bom., bom, bom, bom... Contracciones en la vagina de Susi, que no quiere reconocerlo, pero está muy excitada.
Bom, bom, bom, bom, bom... Los latidos acelerados del corazón de ambos jóvenes cuando unos cuantos pares de manos y brazos caen sobre ellos.
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La bofetada es tan fuerte que la chica cae hacia atrás.
-Pero si yo era virgen... -solloza Melián-. Sólo fue una vez, esa vez... Fue el abogado el que..
Ni siquiera puede seguir hablando, Eliphas la vuelve a abofetear de forma tan violenta que le rompe el labio.
-¡Cállate, zorra estúpida! Por tu culpa no podremos continuar con el ritual. Necesitamos la sangre de una virgen para nuestro conjuro.
Entonces se vuelve y mira de soslayo a esos dos que han descubierto espiando la ceremonia y que permanecen inmovilizados por los fornidos guardias . Susi y Rober están desnudos. Les han desvestido y han registrado todas sus ropas, cacheándoles a fondo, buscando alguna microcámara, pues sospechaban que fueran periodistas.
Con un gesto el sumo sacerdote indica que les traigan al centro del círculo.Ellos obedecen mansamente ya que han desistido de forcejear.
-Sois una escoria inmunda. Habéis profanado nuestra sagrada y secreta ceremonia. Estas grandes negligencias ocurridas esta noche pueden dar lugar a corrientes altamente negativas en nuestros intereses. Los dos merecéis un grave y sangriento castigo para resarcir a nuestro Señor Therion, la Bestia. A no ser que...
-Por favor... Haremos lo que sea... No nos maten... -logra murmurar Susi, que calla de repente cuando los dedos del hombre se entremeten entre sus piernas. El oficiante no logra ocultar una media sonrisa de satisfacción y sus ojos de ave rapaz brillan tanto como el oro que recubre su máscara.
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Rober, sentado en uno de los tronos, mira hacia un lado... Mira hacia otro lado... Una gotita de sudor se desliza desde su sien. Eliphas, tras él, le habla con voz hipnotizadora:
-Fíjate bien, Roberto. Contempla las bonitas tetas, y esos redondos culos, y esos coños abiertos y expuestos ante ti. Todos desnudos, follando de mil maneras, de mil posturas. Mira como le dan por el culo a esa pelirroja mientras ella le come el coñito a su amiga. Esa escena te gusta, ¿verdad? Sí, ya lo creo que sí. Estás empalmado. Tienes la polla más tiesa que un palo, chico. Y mira. Mira a tu amiga...
Susi está de pie sobre el tabernáculo de mármol blanco, ahora cubierto con una piel de cordero. Está como ida tras beber del brebaje ese rojizo que le han ofrecido. Las manos suaves de dos esclavas de Satán la ungen de aceites dulces de esencias, frotando bien sus pechos, su vientre, entre sus nalgas.. Cada centímetro de su piel es estimulado con un masaje sensual y complaciente.
Mientras la mayoría de acólitos siguen con la orgía, tanto los doce guías en sus tronos como Rober contemplan cómo las chicas ayudan a Susi a tumbarse sobre el altar. La muchacha morena hunde su cabeza entre las piernas de Susi, mientras la pecosa de las trenzas le chupetea los pezones con deleite.Susi se agita estremecida, uniéndose al coro de gemidos placenteros.
-No me digas que no te gusta lo que ves... -continúa Eliphas, y hace un gesto a Melián para que se acerque.
Melián se arrodilla ante Rober y empieza a lamerle el miembro, desde los testículos pasa suave la lengua por todo el tronco hasta el glande. Y el chico que cree que está soñando... Que esto es un sueño y que no quiere despertar. Diossss... No puede creerse que esa tía tan buena le esté haciendo una mamada.
-La chupa bien. ¿Verdad Rober? Mmmm.. Por tu cara se ve que te encanta. Sabe hacerlo mucho mejor que una puta... Aún así, sé que preferirías que te fuera ella, tu amiga Susana, quien te la chupara. Te encantaría estar ahí comiéndole las tetitas y el coño a tu amiguita, ocupando el lugar de Lilith y Técate.
Y Eliphas sigue y sigue y sigue susurrando en su oído... Y a Rober ya no le incomoda oírle, ni tenerle tan cerca. Es como la voz de su conciencia. Melián nota la tensión, percibe con la lengua el mayor flujo de corriente sanguínea través de la arteria de la parte inferior del tronco del pene del chico, clara indicación de que está ya demasiado excitado, casi a punto de eyacular, así que se detiene.
-¡No! ¡Joder, no te pares ahora! -se queja el muchacho.
-Rober, Rober, Rober... -Eliphas prosigue con aire condescendiente -. Mira la cara de Susi, sus labios, su cuerpo de diosa... Te mueres por acariciarla, por saborear sus pezones duritos, por meter la lengua entre sus piernas y probar su sabroso jugo. Deseas ser el primero en darle placer, por meterle la polla en ese coño tan apretadito y caliente. Sé que darías cualquier cosa por follártela, quieres correrte dentro de ella, incluso desearías derramar tu semen sobre su cara. Estás muriéndote por tenerla a cuatro patas, con su culo a tu disposición. Únete a nuestra fiesta. Todos están follando. Susi está agitada, excitada, está pidiendo a gritos que se la follen... ¿No vas a hacerlo tú? ¿Es que prefieres que lo haga otro? ¿Es que no eres un hombre?
Y ya no hay nada más, todo se desvanece. Para Rober no existe en el mundo nada más que la imagen de Susi desnuda ante él, a gatas, con las nalgas brillantes del óleo, la rajita empapada que se exhibe bien abierta, invitándole, incitando, provocando.
El tacto de su piel es tan suave y tan cálido... Siente como la chica se estremece y gime cuando sus manos abarcar sus pechos y sus pulgares rozan sus pezones. Rober ya no puede más... Sujeta el miembro con la mano, roza con el glande la entrada de su vagina y finalmente empuja, penetrándola con vigor, rompiendo la resistencia del himen.
Eliphas, sentado en su trono, se deleita complacido sin perder detalle de la escena. Su líbido, que durante todo el ceremonial permaneció dormida, es ahora cuando despierta y reclama imperiosamente el contacto carnal.
-¿Nos la podremos follar nosotros también, Gran Eliphas? - le murmura al oído Sammael, el de la máscara de Serpiente.
-En cuando yo termine con ella, es toda vuestra.
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-¡Sois unos hijos de puta! ¡Cabrones! ¡Degenerao's de mierda! ¡DEJADLA! ¡Dejadla, cabrones! -A Rober se le quiebra la voz de tanto gritar. Se agita desesperado, atado de brazos y piernas en el trono.
-Venga, hombre... No pretenderás ser el único que disfrute de la putita. Tu has estrenado su coño, yo su culito... No veas qué culito más apretado, mmm... Hacía tiempo que no disfrutaba tanto con una zorrita. Ahora no comprendo por qué te enfadas si los demás también quieren jugar con ella. Hay que saber compartir, amigo. Además... Has sido el primero en violarla, no sé de qué te quejas...
-Yo... Yo no la he violado, yo...
-¡TÚ HAS ABUSADO DE ELLA IGUAL O MÁS QUE TODOS NOSOTROS! -ruge Eliphas interrumpiéndole y luego suelta una carcajada siniestra. Sus ojos brillan ahora inyectados en sangre, amarillos como los de un animal y Rober cree ver su boca repleta de colmillos afilados-. Fíjate en ella. Está drogada para evitar que se resista, pero es consciente de todo lo que le pasa. Tu amiguita era consciente en todo momento de que tú te la estabas follando como una bestia. Mientras se la metías una y otra vez y la desvirgabas, ella lloraba y susurraba que no, que no lo hicieras.
-Yo pensé que ella lo deseaba tanto como yo. Estaba confuso. No podía pensar. Yo...
-No te quieras justificar ahora. Simplemente he hecho caso a tu demanda. Considérate afortunado. Ha sido tu mágica noche de suerte. Deseo cumplido. Tú obtienes lo que quieres y yo también -vuelve a reírse a carcajadas-. Me encantan estas fiestas en mi honor... Porque supongo que ya sabrás quién soy realmente bajo este disfraz de Sumo Sacerdote Eliphas.
-No entiendo nada...
-Sí lo entiendes -su boca de dientes afilados se acerca a él peligrosamente y saca de un oculto bolsillo de su capa un papelito ligeramente chamuscado que empieza a leer-. "Deseo besar, acariciar a Susi. Follar con Susi. Haría cualquier cosa por follar con ella, daría mi alma al diablo por follármela". Esa fue tu petición. Tu deseo en el papel que quemaste en la hoguera. Bien. Ya te la has follado. Ahora tu alma es mía. Mmmmm... Obtener tan fácilmente un alma me pone muy cachondo. Voy a volver a follar por el culo a tu chica, cuando Sammael y Galad acaben de tirársela.
Rober levanta la vista. Susi está de pie, atada de manos en una cruz en forma de aspa y los dos enmascarados la están penetrando ambos a la vez. Vuelve a bajar los ojos. No quiere, no quiere verlo. Sus ojos se fijan en su miembro, aún manchado por la sangre de Susi. Vuelve a cerrar los ojos y todo se le hace negro.
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Negro. Todo está oscuro. Rober abre los ojos y no ve apenas nada. El callejón es húmedo, fétido y sombrío como boca de demonio. Distingue en el suelo la cucharilla, el encendedor y el papel plateado. Los recoge y los guarda en el bolsillo de su cazadora. Agarra la jeringuilla. Sangre. La sangre le asusta y la deja caer. Cree oír una voz que le dice: "sangre de una virgen"... ¿Cuánto tiempo ha pasado desde esa maldita noche? Ni se acuerda... Se levanta y camina unos pasos a la deriva, respirando entrecortadamente. Se cae. Vuelve a levantarse y se aleja del callejón murmurando palabras ininteligibles. Mañana probablemente le robará el bolso a otra anciana. Necesita dinero para comprar ese mar de felicidad química, el bendito olvido de la roca de heroína, y ya no le queda nada para vender.
Ni siquiera su alma.
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-Estoy muy complacido. Tu actuación fue magnífica. Y mi negocio sube como la espuma. En este mundo de hoy en día, la depravación, el abuso de poder, las perversiones inconfesables y la satisfacción de los más variados deseos egoístas hacen que mi negocio incremente sus beneficios de manera espectacular.
El abogado sonríe a la chica de forma ladina, sentado es su cómodo sillón de piel de su lujoso despacho.
-Mañana por la noche celebraremos en el Sabath tu renacimiento como discípula e iniciada en nuestro sagrado círculo de Therion. Por razones de seguridad el lugar es secreto. Te recogerá un asistente y él te conducirá hasta allí.
-¿Podré conocer algún día las identidades de los doce guías de la sabiduría, Gran Maestro Eliphas?
-Llámame Elías... Aquí llámame Elías -vuelve a sonreír con sonrisa de lobo- Querida niña, los guías son personajes muy importantes e influyentes. La mayoría muy conocidos a nivel mediático. Hay un diputado, un juez, una actriz, dos banqueros, una heredera de una gran fortuna... Todos ellos desean algo, todos ellos consiguen lo que desean. Todos ellos me entregan algo a cambio... Y mi negocio prospera. Tú también has conseguido lo que deseabas.
-Sí -responde sonriendo Susi-. Lucas dejó a esa puta y ahora sólo tiene ojos para mí. Dentro de unas semanas celebraremos la formalización de nuestro noviazgo con nuestras respectivas familias. Nuestro compromiso se hará oficial.
-Claro... Su familia no podrá dejar escapar la oportunidad de una alianza con uno de los principales empresarios del país, ahora que la empresa del padre de tu querido Lucas está pasando una grave crisis -el hombre le guiña un ojo a Susi-. Bueno, ya sabes, el fin justifica los medios.
-Sí, lo sé. Y toda recompensa requiere el sacrificio de un mártir. El cordero inmolado. La sangre de la víctima inocente. El precio a pagar.
-Sí. Roberto ha sido un buen cordero... Se me vuelve a poner dura cuando recuerdo la expresión de su cara cuando yo te estaba dando por el culo... Pero el momento inolvidable fue al enseñarle el papelito, ese deseo inconfesable que quemó en la hoguera de San Juan.
-Conseguí sacarlo del fuego antes de que se quemara y sin que se diera cuenta -confirma Susi-. Cuando registraron nuestras ropas los guardias lo sacaron del bolsillo de mi pantalón supongo que te lo entregaron. Fue una estupenda jugada.
-Casi me corro de nuevo al ver esa carita de culpabilidad, mezclada con el pánico ante la visión del maligno, al que había vendido su alma, jajaja -su risa es extremadamente desagradable.
-Eres un hombre cruel, disfrutas con el sufrimiento de los inocentes.
Elías no contesta. Abre un cajón, extrae de una cajita un habano Rey del Mundo, choix supreme. Tras el corte con la guillotina lo enciende despacio y con parsimonia, echando ligeras bocanadas y procurando que todo el círculo haya prendido por igual.
-Sí. Soy cruel. Para mí eso es un halago, querida, no un insulto. Y tú no eres mejor que yo. Vendiste el alma de tu mejor amigo a cambio de conseguir recuperar a tu novio. ¿Sabes por qué motivo tú no pudiste vender tu propia alma al diablo? Pues porque tú no tienes alma. Eres diabólica. Sabía que tenías potencial, adivinaba ese fuego dentro de ti. Sé con el tiempo lograrás el estatus que te corresponde en nuestro círculo. Veo en ti el orgullo, la ambición, el afán de poder, sin ningún tipo de escrúpulos o remordimientos... Sí. Puedo ver todo eso en ti.
Da una profunda bocanada al puro, saboreándolo y luego pregunta.
-¿Has vuelto a saber algo de él? De Roberto, digo. ¿Le has vuelto a ver desde aquella noche?
-Quedamos en que no diríamos nada, que no hablaríamos nunca más del tema. Ni se atrevía a mirarme a la cara... Tras esa noche le he visto muy poco. He estado en la costa todo el verano, pero ya estamos en octubre y ha dejado incluso de acudir a la Universidad. No sé nada de él. Como si se lo hubiera tragado la tierra.
- Bah... Era patético. Ridículamente patético. Uno de tantos fracasados. Un inútil con una vida mediocre. No era como tú o como yo, que estamos llamados a triunfar. Este mundo nos pertenece. ¿Y sabes por qué?
-Porque el mundo pertenece a los que no tenemos alma.
El abogado sonríe y sacude la ceniza oscura del puro sobre el cenicero de inmaculado mármol blanco.
FIN
Nota de la Autora:
La imagen portada del relato es un collage de algunas carátulas de CDs del grupo sueco de black metal llamado Therion.
Therion es "Bestia" en griego, tomado de la Biblia, Apocalipsis 13:1.
Algunas partes de invocaciones y ceremonias negras están extraídas de la página www.mimundogotico.es/satanismo.
Otras invocaciones, así como La Salve han sido extraídas de la Biblia Satánica de Antón La Vey, fundador de La Iglesia de Satán.
El Ave Satani, entonado por los discípulos de Therion es la banda sonora original de la película La Profecia (The Omen), de Jerry Goldsmith.
El nombre del Gran Maestro Eliphas, es en honor a Eliphas Levi, estudioso del esoterismo al que se le atribuye la figura del Baphomet (demonio con cabeza y patas de macho cabrío). Fue también el primero en relacionar con las ciencias ocultas.la figura del pentateuco pitagórico invertido, la estrella de cinco puntas.
LÍNEA CALIENTE
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